isabel hortal muñoz
Ex-vecina de Tres Cantos (más de 22 años)
Proyecto fotográfico realizado para el 5º curso de la Escuela de Fotografía Pic.A.
Como me gusta caminar y siempre me ha llamado la atención la arquitectura, suelo fijarme mucho en mi entorno, la relación entre el espacio público y el privado, qué ofrece la ciudad al que la habita y cómo el ciudadano interactúa con los elementos que tiene a su disposición.
A raíz de esto pensé que sería interesante realizar un trabajo sobre cómo influye la arquitectura en el modo de vida de las personas, cómo la estructura de la ciudad fomenta ciertos usos o los impide. Empecé a documentarme y pensé que sería interesante retratar cómo una ciudad que conozco bien como Tres Cantos (donde he vivido 22 años) ha cambiado desde su proyecto inicial hasta ahora.
Quería mostrar la diferencia entre un pueblo pensado para recorrer pie, con espacios públicos y privados compartidos, repleto de bajos comerciales y soportales en los que jugar al escondite o simplemente pasar las horas, con respecto al actual urbanismo de la ciudad en el que predominan las urbanizaciones cerradas una tras otra, pensadas para desplazamientos en coches por sus grandes avenidas y la ausencia de bajos comerciales.
El problema con el que me encontré al ir a fotografiar estas diferencias fue que el «viejo» Tres Cantos también ha cerrado sus edificios y todo se ha llenado de carteles de prohibido hacer cualquier cosa. Me costó un tiempo pensar cómo podría reorientar mi trabajo, pero finalmente traté de fotografiar la sensación que me produce a mí recorrer Tres Cantos ahora. Espero haber logrado transmitirla con mi trabajo.
Documentación:
Ellard, Colin. “Psicogeografía: La influencia de los lugares en la mente y en el corazón” (editorial Ariel). Jacobs, Jane. “Muerte y vida de las grandes ciudades” (editorial Capitán Swing). Dioni, Jorge. «La España de las piscinas» (editorial Arpa). Chinchilla, Izaskun. “La ciudad de los cuidados” (editorial Catarata).
Estoy totalmente de acuerdo contigo, el nuevo urbanismo tiende al individualismos, a separar, un paso más allá son los chalet adosados cuyas zonas comunes son mínimas, atravesadas por acceso de vehículos, para que hagas la vida en tu casa, ya ni te juntes con los vecinos de la misma comunidad.